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Háblame de la culpabilidad y del perdón.

Dime si la culpabilidad te atormenta, si la acusación interior (frente a ti misma) te acosa como un adversario. Dime cuál es su causa, el detonante de dicha acusación.

Dime si para huir de ella (no pudiendo eludir tu conducta, en el fondo de tu esclavitud) has decidido renunciar a toda moralidad dentro de tu vida: Haciéndote un hombre o una mujer sin conciencia, sin límites ni valores, sin arrepentimiento, que no tiene entrañas, ni corazón; que ha hecho de aquella misma maldad de la que es víctima o esclava un objeto de exaltación o delirio (para eludir la contradicción que supone vivir en contra del dictado de la propia conciencia).


Dime si reconoces en ti aún este dictado o si se ha apagado ya en tu corazón o solo sirve para aumentar tu propio desvalor o desesperanza. Dime en qué ámbitos de tu vida has decidido renunciar a tu conciencia ‒por tanto, también a tu sentir y tu humanidad‒, abriendo tu corazón a toda clase de maldad.

Dime si tratas de darte razón de tus obras, intentando comprenderte a ti misma, tener compasión y misericordia de ti en ellas; o si detestas estas palabras y simplemente has decidido ser libre, hacer tu voluntad en todas las cosas, afirmándote a ti misma; no siguiendo otro dictado en tu corazón que la inclinación de tus pasiones, la estima del mundo, la búsqueda de otros afectos (en los que no hay verdadero amor a tu persona) u "otra voz" dentro de ti (que ama el mal y no busca tu bien) que no es la voz de tu conciencia ... cosas todas ellas que igualmente someten a esclavitud tu libertad.

Dime si conoces la Paz y cuál es el camino que conduce hacia ella.


Háblame de la culpabilidad y del perdón