Más allá de Tí trata de establecer un espacio de diálogo con personas que se hallan en grave crisis de valor y de sentido, con la intención de ayudarles a reencontrarse consigo mismas, en su verdad más última, mediante la verbalización de la conducta, en ámbitos en los que a veces es difícil hallar un interlocutor; con la intención a su vez de ayudarles a restaurar su identidad y rescatar así la libertad perdida en dichos ámbitos.
Surge ante la pérdida de valor y de sentido que lleva consigo la búsqueda frustrada del amor y de la propia identidad en muchas realidades que ofrece la sociedad actual (dominada con frecuencia por otros intereses); realidades que están vacías, a pesar de todas las promesas de plenitud y felicidad que las acompañan, por la alienación de ti misma que hay en ellas (pérdida de conciencia personal, así como de razón y de sentido, por su falta de coherencia con tu naturaleza más íntima y con tu propia dignidad y estima natural de ti).
Hasta llegar a veces a una situación semejante a la locura, en la que te parece que ya no tienes alma: como si tu carne ya no fuese tuya (acostumbrada al sufrimiento) y no pudiese sentir el daño que se hace (en dicha búsqueda frustrada del amor); en la que de tal modo has perdido la noción de tu propia dignidad y estima que te haces vulnerable a cualquier clase de vejación, profanación y envilecimiento de ti (de tu cuerpo y de tu alma), tratando de encontrar en ello tu propio valor y libertad.
El itinerario tiene una finalidad personal (sus preguntas están dirigidas a ti y has de responderlas para ti misma), aunque se realice con la ayuda de un interlocutor; cuya función es sólo hacerse solo eco de tus palabras, con la intención de ayudarte a sacar más cosas del fondo de ti misma, que tal vez ni siquiera tú conocías y a ser más consciente de lo que van diciendo tus labios, para asumir la realidad que hay en ello.
Tu camino se realiza por tanto en soledad, ante el espejo de tu propio corazón tal vez herido y requiere de aquella sinceridad que no quiere engañarse a sí misma en la búsqueda de tu verdad (aunque se lleve a cabo de la mano y en compañía de este interlocutor, hasta donde tú quieras darle parte en dicho camino); hasta llegar a aquel lugar más íntimo de tu propio corazón, donde todo hombre o mujer se siente trascendido ante su propio misterio.
Donde tal vez puedas llegar a atisbar la presencia de Otro, distinto de ti: "más íntimo a ti que tú misma"; que habita tu propia conciencia y conoce tu verdad más allá de ti misma, ante quien estas puesta al descubierto más allá de lo que de ti conoces; ante quien se desvanecen todos los refugios de la mentira y todos los pactos con la muerte que tantas veces, secretamente, llevan consigo nuestras obras; en quien tu alma pueda descansar de la tortuosidad de todos sus caminos. Sin que esto sea una condición necesaria para poder realizar este camino, bastando solo tu propio corazón herido, en el que puedas contemplarte y reconocerte a ti misma.
Aun así, puede ayudarte sentirte conocida antes de que tu confesión se derrame ante ti misma: ya sea este Testigo interior que acompaña tu vida sin que tú lo sepas, ya sea por el hombre o la mujer que hay en ti, que ha sufrido todo lo que tú has sufrido, que lleva en sí todas tus heridas (ante quien hasta ahora has ocultado tu rostro y que ahora está ante tus ojos). Para que no temas descubrir la verdad que hay en ti, que van diciendo tus labios y que tal vez ni siquiera tú misma conoces o has querido olvidar; sino dejar que ésta brote como un gemido de lo más profundo de tu corazón; para reconciliarte contigo y encontrar así en ti la fuente de tu paz y tu libertad.
Pues te llevas a ti misma en todo lo que haces, tanto si subes al cielo como si bajas al abismo (tentación frecuente para quien huye de si mismo/a, único camino abierto a veces para quien trata de escapar de su dolor) ... Y no puedes huir lejos de tu aliento, ni escapar de tu mirada (aunque quieras ocultarte a ti misma tus heridas); ni hay tiniebla en la que puedas refugiarte de ti, ni oscuridad en la que no te sientas a ti misma y en la que tus heridas dejen de sangrar.